Rutina comunitaria

12.07.2021 12:25

 

En aquel tiempo, me cautivaba pasear al atardecer para contemplar sus cuerpos deshabitados, apaciblemente acostados a lo largo y ancho de la playa. Todos ellos pertenecían a los miembros de la comunidad de meditantes  que, durante  el rubor del ocaso, emergían desde sus adentros para sumergirse bajo las quietas aguas del luminoso mar interior.

Luego, rutinariamente, retomaban sus cuerpos densos (tejidos de hortalizas, frutas y vino) y charlaban ante el fuego; preocupados por la marcha de la crisis, el futuro de sus hijos y la factura de la luz.

 

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Miguel Cabeza